Entre cada dos vértebras de la columna hay una sustancia cartilaginosa denominada disco vertebral, fundamental para proporcionar movimiento a la articulación. Una hernia de disco sucede cuando el núcleo del disco (la parte más gelatinosa del centro) sale del disco, normalmente por la parte posterior (de atrás) y en ocasiones pinza algún nervio, produciendo dolor localizado y en ocasiones también en otras zonas, como por ejemplo la pierna en el caso de una hernia lumbar, o el brazo en una cervical. Es decir, el dolor que un paciente puede sentir debido a la hernia de disco, o simplemente a una degeneración del disco que no ha llegado a herniarse, puede quedarse localizado en la zona del disco, afectar a algún nervio o ambas.

Hernia

Cabe mencionar que numerosos estudios indican que no siempre el dolor de espalda de este tipo está causado por degeneración de los discos o hernia. En ocasiones, como en el dolor crónico, el dolor puede permanecer sin tener relación con el daño en los tejidos, y al contrario, puede haber casos de hernias sin dolor. También se puede dar el síndrome del piramidal o «falsa ciática» donde no tiene por qué haber daño de tejidos en la columna vertebral, pero sí dolor en la pierna causado por un atrapamiento del nervio ciático. La patología del disco y el dolor asociado pueden diagnosticarse a través de pruebas médicas como «hernia de disco«, «disco protuberante«y «pinzamiento de nervio«.

Hablaremos desde nuestra perspectiva en un caso de dolor de este tipo, sobre todo en el caso de hernias de disco lumbar, como son de L4-L5 y L5-S1, en las que suele haber irradiación del dolor hacia la pierna.

¿Cuáles son nuestros objetivos desde el campo del movimiento? Nuestra intención es dar un soporte y herramientas para hacer la patología más llevadera y poder conseguir una vida normal y sin dolor:

  • Conseguir movilidad y flexibilidad en zonas rígidas causadas por el dolor o por la afectación nerviosa: pelvis, cadera y columna.
  • Movilizar zonas de la columna que suelen perder movilidad (por causas diversas como hábitos, genética, etc) causando la hipermovilidad de otras zonas.
  • Fortalecer la columna y piernas, ya que se pierde tono con el dolor o la afectación nerviosa, y la musculatura va a ejercer de protectora del resto de tejidos.
  • Enseñar patrones posturales correctos y levantar o cargar peso, sin cargar la lumbar en posiciones de flexión de columna.
  • Liberar la mente, perdiendo el miedo al movimiento y por lo tanto, al dolor. Dar seguridad, confianza y fortaleza a través de experiencias positivas de movimiento.

Nuestros consejos

Si padeces alguno de estos síntomas, te recomendamos venir a una primera sesión individual (valoración inicial), así determinaremos tu condición y propondremos objetivos personales. Para casos de lesiones o patologías, recomendamos además hacer 4 sesiones más individuales antes de comenzar las clases en grupo, a no ser que conozcas bien el método Pilates.

Es importante estar atento y seguir las indicaciones del instructor. En caso de que en alguno de los ejercicios sientas dolor o tensión excesiva de las zonas donde normalmente sientes dolor, no hagas el ejercicio y, en el caso de las sesiones grupales, espera a que tu monitor te proporcione alguna modificación. Si notas dolor excesivo (más allá del la tensión de un estiramiento) quizá podrías estar irritando el nervio, es importante el feedback y la comunicación con tu instructor ya que cada caso es diferente y ésto nos ayuda a determinar los patrones a seguir y la manera de trabajar en tu condición.